No quiero que se me haga la noche...
sin que primero, estas nubes oscuras
que removieron el cielo,
las que dolieron al cielo a
cielo abierto
y
tiñeron su distante figura atesorada
limpia de luna, irrumpa
en aguacero...
intercediendo
entre la tierra y la piel...seca de tu corazón.
No quiero que se me haga la noche...
antes que tus manos, desaten los nudos
que te piensan en mis sueños,
y al viajar en tu tren de amor,
poder
bajarme estación por estación
para dormir de tus manos
tanto camino aferrado
tanto campo solitario
caminado.
No quiero que se me haga la noche
sin vivir alguna de esas historias
en los libros compartidos
solo en mi fantasía , que
se quemaron en los tiempos de entrecasa,
que se perdieron en discusiones que
nunca llegaron a nada y...
adueñarme de tus páginas en blanco,
igual que un ladrón roba a un ladrón
y tener
cien años de ilusión.
No quiero que se me haga la noche
sin querer un poco mas
de lo que ya quise de vos, porque...
están secos hoy mis labios,
mi pecho rebusca
entre su centro un pequeño pedazo
de corazón olvidado que aguarda
escondido, acechante
en la hoguera de la noche
los esquivos pliegues de tu figura.
No quiero que se me haga la noche...
sin encontrar ese tesoro,
de envolver el cuerpo en ciertos rios
nuestros
y dejarse llevar por las arenas,
y que en tus ojos se formen las estrellas
que bailan de luces las correntadas
que forman al mediodía las aguas ...
y en las aguas volver rodando de
alegrías entre arenas,
la chispa de tus ojos y tu alma de piedras.