Y le piden a Dios sus bendiciones,
y le ruegan de hinojos su piedad,
aun sabiendo que en negros corazones
cobijada mantienen la maldad.
No les sirve decir que son tan buenos
y mirar la desgracia del hermano,
y ciegos de ambición, de envidias llenos,
no recuerdan brindarle noble mano!
Y pregonan su gran benevolencia,
visitando la iglesia, fiel rezando,
acallando la voz de su conciencia,
y sus falsas virtudes ostentando!
Y creyendo que Dios los acompaña
y que son sus retoños predilectos,
se confunden en negra telaraña
aguardando \"sus premios tan dilectos\"
Y caminan ficticias existencias
elevando las místicas plegarias,
y gritando con grandes vehemencias
las bondades de Dios; \"tan solidarias\"
Las centellas de luces arcangélicas
que se creen les dan la luz del día,
son tan solo mentiras maquiavélicas
que mitigan su propia hipocresía!
Nunca sueñen con gozos celestiales,
la verdad del amor son las acciones;
y tan solo eliminen esos males
sin bautismos ni largas oraciones!!
Autor: Aníbal Rodríguez.