Osvalda Ventura-Diaz

Bohio

Los momentos, los instantes, y hasta los recuerdos son el castigo más grande del ser humano, donde una dulce pizca de vino tinto nos amamanta el alma, nos sacia la sed y nos calma el hambre de amar al latir de cada suspiro, así se conjugan dos cuerpos, bajo el beso del amanecer y el rostro de un te quiero, así es como yo amo sin esperar nada a cambio, solo con el alma a flor de piel, guardando bajo placeres el amor de mil pasados... ¡Vivir no es tan difícil, saber vivir es lo complicado!