Rosita de Mendoza

Encuentro

Éramos soledad y distancia

Desencuentro de océanos y mares

ideas tejidas en torres de Babel

Tú el deseo: Yo el oro

TÚ la codicia: Yo la plata

 

Los dioses lo habían revelado todo

Delirios de viajeros sin fortuna

hablaban de mis playas y tus  reinos

Tú invierno: Yo verano

Tú müsica: Yo palabra

 

El viento llevaba y traía lamentos de violines

entre estruendos de fusiles

y rencores de lanzas

Tú metal: Yo caracolas

Tú cuerdas: Yo cajas

 

El jardín cultivado del primer mundo

crecía envidiando la libertad

del simple escaramujo

Tú lluvia: Yo sequía

TÚ vergel: Yo desierto

 

Una roca atrevida

se desprendió de mis montañas

se estrelló contra la ladera

se pulverizó en el río

y la corriente marina 

la llevó hasta tu playa

Una nube solitaria

se formó en tu cielo

temerosa cruzó mares y océanos

la brisa del Este

la trajo hasta mi tierra

y unas frescas gotas de lluvia

germinaron mi desierto

Hoy,

somos encuentro