ALVARO J. MARQUEZ

DESVÍSTETE

“Mil veces sólo un sueño fuiste,/ hoy estás ahí y casi no lo creo…/ lo que parecía irreal ahora existe/ y se vuelve tangible mi deseo”.

 

Nunca antes te vi desnuda, ciertamente;

pero pensar en verte me inquieta mucho.

Hay imágenes que arden hoy en mi mente

y contra ese deseo de verte, nunca lucho.

 

Desvístete con calma, yo no tengo prisa…

Mis deseos de contemplarte en mí están.

Algo de tu desnudez me dijo ayer la brisa

y por razones que no sé, se volvió huracán.

 

Aquí me siento cómodamente a observarte,

sácate la ropa con estilo, lenta pero sin pausa…

Buscaré mil sitios en tu cuerpo para besarte

y ya de mi excitación, serás tú la única causa.

 

Tranquila, paso a paso, quítate cada prenda;

hay pecas y lunares en tu piel que me llaman.

Que esta hora de divina desnudez se extienda,

para guardarla en mis poemas que te aman.

 

Que caiga ya tu sostén… ¡y fuera todo, todo!

No es momento para que tu timidez aparezca.

Para amarte íntimamente no hay mejor modo

que permitir que toda mi pasión por ti crezca.

 

No tapes tus senos… o bueno, tápalos un poco;

que tus aureolas se asomen y me inquieten más.

Hasta que me pidas al verme apasionado y loco

que yo también te enloquezca… y enloquecerás.

 

Desnuda de frente, de lado… ¡o de espaldas!,

desnuda toda y a la vez vistiéndote de diosa.

Mostrandome lo que a veces vi bajo tus faldas

y dominando a plenitud el arte de ser hermosa.

 

Como te dije, hazlo con mucha calma, sin apurarte,

la brisa ya me contó cosas que recuerdo muy bien.

Y tal como la brisa, te juro que sabré acariciarte…

para luego, indetenible, volverme huracán también.

 

Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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