Sebastián Ramírez

El árbol de invierno.

No te llegaron mis cartas
en las que esto te recito;
si tus besos fueran míos
no te faltaría nada,
sería como Dios manda,
pero volaste cual pájaro
y dejaste solo este álamo
que en invierno llora penas
que obtuvo en la primavera,
o las asfixia con párrafos.