Caminaba con paso de felino,
avanzando con gracia glamorosa,
en sus ojos, su luz esplendorosa
reflejaba lo mágico y divino.
Con su talle, tan grácil y tan fino,
la belleza esparcía primorosa,
y su boca de pétalos de rosa
ofrecía de Baco dulce vino.
Y sus senos, lozanos y desnudos,
me brindaban sabor de dulces mieles,
sus gemidos, profundos, tan agudos,
traspasaban del alma los dinteles,
y sus lazos de amor, con fuertes nudos
me dejaban atado a sus doseles!!
Autor: Aníbal Rodríguez.