Maria Hodunok.

Llegaste un día.

 

Mi amor fue como un sueño,

que llegó cuando no esperaba,

cuando mi vida era una nada,

anodina, vacia y cansada.

 

Un desierto inmenso,

dentro de la gran ciudad,

rodeada de gente inmersa,

en la misma soledad.

 

Pusiste fuego en mis venas,

pusiste ardor en mi amor,

le diste un delirio ardiente

a mi ajado corazón.

 

¿Porque viniste ese día?,

¿Porque te conocí?,

si yo estaba tranquila,

en mi diario vivir.

 

Revolucionaste mis extrañas,

tejiste a mi arededor,

una telaraña gigante,

de puro fuego y ardor.

 

Ahora no puedo vivir,

sin tenerte a mi lado,

tus brazos me han atado,

con sutil adoración.

 

Tus besos me hacen temblar,

mi sangre es fuego infernal,

¿y ahora, que hago mi vida??,

¡¡si ya no te puedo dejar.!!

 

Maria Hodunok.