Carlos Justino Caballero

TANTA SAL EN EL MAR

 

La piel rugosa del árbol

sostenía mis años

y mis brazos cargados

con tu risa pequeña...

y yo te miraba jugar

con tus manos en mi risa.

 

¡Tanta sal en el mar,

tanta dicha en mi pecho!

 

La rugosa piel del árbol,

la piel suave de tus manos

y tus ojos que no callan

mi nombre, ya con arrugas,

como yo no callo el tuyo

que está alumbrando mi vida.

 

                                     A Candelaria.    

 

Candelaria es una de mis trece nietos.

 

 

 

De mi libro “De cumbres y de abismos”. 2007 ISBN 978-987-9415-23-8