¡Despertóse la niña!
Preparaos para la embestida.
Escuchad el estruendo
de sus pasos libertinos.
¡A la carga! ¡A la carga!
Dícese en silencio al
mismo tiempo que avanza
destruyendo suspiros
resultados del receso.
¡Despertóse la niña!
¡Qué demora la del tiempo!
Venga veloz, al galope,
como rayo antes del trueno.
Venga la niña, su ira,
su energía infantil,
su alegría, sus besos.
Venid a la carga y
embestid este pecho.
¡Corred mi niña, corred!
Extended los bracitos
y avanzad sin miedo,
que papá aguarda por vos
para esculpir nuevos recuerdos.
¡Corred mi niña, corred!
Venid a mis brazos.
Llenad este vacío con
el golpe de vuestra voz y
destruid mi paz.
Pintad de risas este silencio.
Eric Rancol González