Alejandrina

Ritual

 

Vienes amor,

al ritual de la agolpada sangre entre las sienes

al cedrón y el té hirviendo

sobre la acostumbrada mesa…

 

Ven que mi pecho ya atisba el ritmo de tus aguas

avanzar por las aceras,

trae entre tus manos el ardor de todos los amantes,

como Eleuterio ven a liberar mis tormentas y cadenas.

 

Llega puntual amor...

como una bandada de ángeles custodios;

intenso como una lluvia de fuego.

 

Traes un barullo de gorriones y de tórtolas

y en la arcada de tu frente nace una estela de acacias

y de malvas silvestres.

 

Te espera en la mansedumbre de la niebla,

la mujer de los castaños,

tu apatita suave de brillo intenso y sereno.

 

Ven amor a terminar el vino que dejamos a la mitad,

a compartir la mesa de Tellier…

llenemos el mágico copón con la mística del verso;

en el sagrario rincón de lo prohibido.

 

Arrástrame por la penumbra de tus vides

quiero sentir tu sangre de puntillas por mis venas

y esbozar en tu cuerpo

la elíptica resonancia de mis aguas.

 

Amo tu mano aferrándose a la mía

tu espalda entregada, anhelante de caricias.

Somos dos corazones levantados en galope,

dos puños bravos preparados

para su asalto más violento.

 

Y aquí estamos nuevamente 

apagando las llamas, enterrando las brasas

en sus propias cenizas

para conservar la eterna memoria de la hoguera.

 

Alejandrina