rosamaritza

CONTRA RELOJ

 

El momento exacto y preciso para todas las cosas, era en todo detalle predecible.  Si acaso y no creo estar equivocada diría que hay ciertas personas en la vida que se les puede llamar perfectas.  Un dechado de virtud y perfección, ¡si señor!, con él se sabía en todo momento a ciencia cierta el próximo paso a seguir.  Era realmente exasperante todo en su santo lugar.  La hora del almuerzo era a las doce en punto del mediodía, ni un minuto más ni un  minuto menos. “En este instante amigos me sorprendió un suspiro de profundo cansancio, al evocar el reloj de pared”, puedes creerlo es cierto. Aquel día le dije: escucha por una vez en toda tu vida no quiero ver mas en lo que me resta de vida las manecillas de un reloj, y al decir eso el tic,tac, del reloj de pared se burlo de mi, ¡si señor! Que te lo digo yo, doce veces seguidas exactamente las campanadas y su inconfundible tic,tac, y para colmo de males aun no estaba puesta la mesa como debe ser. Voló por los aires aquella vajilla, cubiertos y platos dieron al traste, y hasta los vasos con las copas de cristal quedaron echa añicos. Sin contar que se acercaba la hora sagrada de orar y ni una mosca le era permitido volar, nada que camine, vuele o respire. Se acerca a mi encolerizado y da un fuerte puñetazo a la pared y exclama; “la mate”, y pregunto con la cuenca de los ojos desorbitadas a punto de salir y explotar, ¿que cosa?, pues la mosca que otra cosa puede ser. Vuelve otra vez a sonar el tic,tac, y me resisto a verlo, y para que si cada compas anuncia la hora y ahora es el momento del ritual del café, y pare de contar cuantos tic,tac., controlan su tiempo de vida, y si, por si acaso se lo preguntan también cuando hacemos el amor, o mas bien tenemos sexo contra reloj.  Me acerque a su oído y le dije mientras dormía: ¿acabaste?, porque yo no. Y el tic, tac., contesto en su lugar una sola vez. Y dieron la una, y las dos, y las tres hasta que el sueño me venció. En una oficina nos vimos por primera vez, alguien advirtió nuestras miradas cruzadas y nos presento. Aquello fue amor a primera vista, hacíamos el amor a todas horas o mas bien perdimos la cuentas de las horas, el reloj no existía  mucho menos escuchábamos su tic,tac., o mas bien si, a veces nuestros cuerpos seguían el compas del reloj, y lo mejor eran las doce campanadas, y entre las sombras nuestros cuerpos sudaban y se reflejaban en el cristal de la ventana, entre jadeos cada vez mas intensos y nos daban la una, las dos, y las tres hasta amanecer y empezar otra vez. ·”Despierta, despierta”, pronto nos quedamos dormidos debemos ir a trabajar, eso fue lo que soñé.  En la estación del tren todo vuelve a la rutina, al llegar a la oficina el reloj marca la hora de entrada y esta vez no fue exacta, y a mi que me importa ya no quiero saber nada de horarios.  Así que me pare renuncie y salí a la calle a respirar una nueva vida. Seguramente en este preciso y exacto momento el esta mirando el reloj y extrañado de mi demora, lo mejor será que se siente a esperar, a quien ya no llegará. Alguien se acerca y me dice; por favor ¿tiene hora?, no, o mas bien si, tengo todas las horas de mi vida disponibles para vivir sin reloj.///

 

Y la vida continùa …

 

REEDITADO DE MIS PUBLICADOS