Maximiliano Moreno

Luz de Luna

 

Conforme se acercaba el amanecer mi tristeza también se avecinaba caminando de la mano de este fenómeno matinal y rutinario. No era que lo detestara o que el día me fuera ajeno sino más bien pensaba que esta tormenta de rayos ultravioleta era prolija en su tiempo y en que la fresca noche se hundía hurgando siempre en lo efímero.

En el ecuador de mi vida podía ya presumir ciertas experiencias, predecía la temporada de lluvia y sabia como sobrevivir entre los caudales riachuelos que nacían de su manantial húmedo, también presagiaba los días calurosos, los fríos y los templados con una exactitud qué asustaba. Ubicaba bien a mis vecinos de alrededor, los Abedules del norte y los Pinos del sur, al este y oeste era todo de nosotros, un paisaje de amarillo clavado como si fuéramos un segundo sol desde nuestro sedimento, un ejército de caras glabras y con hojas como aureolas pecioladas, nacidas caulinares, aterciopeladas y apretujadas de forma alterna con punta aserrada. Nuestros tallos eran ya más bien picotas verdes por el constante asoleo, unos más altos que otros pero siempre erguidos al cielo, solares y dorados por antonomasia.

Si me lo preguntan éramos de un fascismo paradigmático, fotosíntesis de día y desacalorar los cuerpos por la noche, generación tras generación.

Pero para mí era diferente, mi idilio venía de noche, aparecía con su cuerpo celeste lumínico en un blanco brillante y persistente, me iluminaba aveces de forma \"llena\" aveces en solo en \"cuarto menguante\", empero en la Luna Nueva como la extrañaba, justo como lo hago ahora.

\"Como extraño tu voz en las tardes,
el conteo de tus apoteósicos lunares
que al verlos todo en mi arde.

Creo que estamos locos,
que un cuerpo celeste y distante
atraiga a un girasol aveces petulante.

¿Si sabes qué en las noches
admiro tus fases del mes sideral,
qué te miro y miro sin parpadear?

¿Sabes qué escribo diálogos y cuartetos
cuando más fulgurante es tu titilar,
justo cuando tú más alta estas?

Mi fotosíntesis era nocturna, se venía con mi Luna, con la estela de frescura que dejaba a su paso y con su bello cuerpo cósmico que no ha sido mío pero con mi imperioso deseo lo hacía solo mío.

\"No soy lobo ni mar,
no soy cometa ni sol,
solo sé que te amo Yadhel,
como la luz al girasol\"

Maximiliano