versos finitos

PLEGARIA

 

 

Mujer, cual flor perfumada,

aunque yo voy de bajada,

puedo ver en tu sonrisa

una dicha ya sin prisa.

 

Pues de tanto andar el camino

al encuentro del destino,

se hicieron largas tus noches

huérfanas de derroches.

 

Pero tengo la esperanza

haber si mi suerte alcanza,

de un pedacito de tu cielo

o al menos el consuelo.

 

De que un día cualquiera

ojalá y se pudiera,

igual que una fruta madura,

te desprendas de tu altura.