Carlos Justino Caballero

PARA EL QUE MIRA SIN VER

 

Para el que mira sin ver, la tierra es tierra, nomás.

Nada le dice la pampa, ni el arroyo, ni el zorzal.

Atahualpa Yupanqui.

 

 

 

En la siesta adormecida y sus fragancias

ardiente el sol, vertical sobre la tierra,

se distinguen los manzanos en rojo maduros

y las mentas ribereñas de mi arroyo enamorado.

 

Los perfumes de hongos del pinar cercano

llegan con la fuerza en esa siesta de febrero

donde los sauces regalan sus sombras,

a mi contemplación quieta y callada.

 

¡Qué fragancia de esa siesta!

Salpicada de colores, es calandria y es zorzal,

es frambuesas y es chañares

y es espinillos dorados en las piedras del peñón.

 

Es que no miro sin ver.

 

Y lo que veo me llena el alma de conmociones

y me las llevo conmigo porque suele suceder

que pueda necesitarlas cuando conmigo no estén

 

ni la siesta y sus fragancias, ni ese febrero con sol.

 

 

De mi libro \"Desde aquella Strelitzia\". 2014 ISBN 978-987-1977-32-1