Daniel De Jesus Perez Garcia

Secuestro

Ni siquiera sé porque escribo.
Todas estas letras son restos de un cigarro,
restos del café y las migajas del recuerdo.

Las palabras que deambulan en mi cabeza
no tienen sentido. Nada entiendo. Nada.

No sé que hago. ¿Por qué escribo? ¿Para quién?
No entiendo. Las cosas van en automático
y lo que hoy digo mañana lo tacharé de la libreta.

Estas letras son el humo, el sexo de una
mujer que nunca conocí. El orgasmo que tuve en solitario,
como una mancha oscura en la memoria.

Palabras. Signos que no son signos porque no significan nada.
Todo es extraño. Una cerveza, el olor de esa cerveza, el sabor de esa cerveza,
la marca de esa cerveza, el nombre de esa cerveza.

Ni siquiera sé porque escribo.

Escribir es planear un secuestro. Y el poema es
el intento fallido por negociar el rescate. Entonces, en vez
de cortárle un dedo o la cabeza a la víctima,
tiras la hoja de papel y vuelves a comenzar.