Alberto Escobar

Neones bajo la lluvia

 

 

Los neones de la ciudad inventan un calidoscopio
Que se multiplica entre las cientos de gotas
Que humedecen los plátanos
Que desfilan a ambos lados de la calzada.
Llueve, sigue lloviendo desde que doblaste
La esquina que te llevó al olvido.
¡Que este quebrar de copas no ha sido el primero!
Eso ya lo sé

¡Que este sabor a hiel en mis labios ya estaba viviendo
Dormido en la luna de mis recuerdos!
También lo sé
Lo que no supe en ese momento, en que doblaste la
Esquina para siempre, era que sería la última vez
Que el regusto de la derrota haría parada y fonda
En la hospedería de la melancolía.
Desde entonces me consagro a saltar los alegres charcos
Que se llenan de lluvia azul neón:

Beba Coca Cola, con tonos rojos y blancos dando
Sobre mi mejilla afilada a navaja.
Ahora, en este instante, espero bajo una marquesina
Art decó, vestido de Armani color camel y zapatos de
charol a juego, tocado con un borsalino blanco con
banda negra, a entrar en un teatro de Broadway para
disfrutar de la ficción.
Porque disfrutar de la vida...
Se me da
Peor.