leyver

Perdón

Te escribo esta carta con lágrimas, así es,
la tinta se ha secado en mi garganta,
las palabras no fluyeron de mi brazo,
el frío de la pluma me congeló las entrañas,
las extremidades; la palabra escrita era mi salvación.

 

Mi voz se desvaneció en el viento,
nada pudo alcanzar tus oídos.

 

Mis gritos desesperados no son mas fuertes que la voz de un mudo hundido en un abismo,
las ondas sonoras y la tinta retórica
se han quedado sin acto,
mis lágrimas piden perdón y
compasión, pero están lejos de alcanzar a un corazón que no sabe perdonar,
un corazón que no escucha,
no ve y mucho menos siente.