Lore Cruz

CONDENADO

En esta hora muda de mi noche,
miro a través de mi ventana,
contempló tu figura triste, fría, sosegada.
Con un golpe fuerte de mis letras,
le gritó ¡No¡ no te esperaba.
Más mi retórica no comprende,
y como cual condenado a muerte
suplica por una sola de mis líricas,
una que lo regrese al mundo de los vivos,
al camino del sol,
a los pasos alegres.
Un solo verso implora desde el limbo,
uno que no lo sepulte en la desesperanza.

Grita por no arder y quemarse en el infierno,
el de las almas, vacías, errantes, solitarias.
El suspiro de mi prosa ardiente reclama,
más el hielo oscuro de su tumba
enloquece, ciega y ensordece la verdad real de mis palabras.

Alma vacía, espíritu condenado,
habitante de la profundidad sin sentido,
quédate sin mis suspiros,
condenado por el lastre de tus vagas utopías,
con el recuerdo de otros gemidos.
Porque mi canto que siempre fue mordaz
atrevido, casi celestial,
nunca te espero,
nunca te incluyo.

Arrástrate en el piso de tu condena,
en el seol de tu conciencia,
en la decadencia de tu habla.
Mi prosa es del coro celestial que siempre me anhelo,
el almíbar de mi boca,
el bulevar de mis canciones,
la vida de mis pasos hoy.

En tu herida no moriré,
en mi cielo no vivirás.

LoreCruz
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2017