Diego Nicolás García Contreras

Piedra de viento

Me he envestido contra el aire

Me he vestido con el viento

En sueños casi llego a mis rodillas

En mi desvelo

Pero me desconcentro

Una vez lluegué al verbo 

Ensoñando

Emociones 

De brisas inqietas que querían ser cenizas

Por lo menos

Algo con partículas más unidas

Que apreciaran los ojos

E intentaron las ráfagas lanzarse estrepitósamente dentro de los agujeros en las piedras en invierno

Para así crear la magia

Filosofal

De la vida

La piedra del viento, 

Condensose en la fría roca

Y se cristalizó en sus pulmones allá adentro

Donde todo fondo es inimaginable

Y los seres de alma fría respiran calor

En las profundidades de la materia 

Nace por fin el color 

Que nadie imaginó más bello que yo.

Similar a un fractar

Parecido a un coral

Turqueza tranparente

Como el agua

Pero anhelando el brillo del sol

Y la vida que con su vuelo movió

Todas las tonalidades se conmovieron

Con lo que allí apareció

Y el verde la mejor hoja le ofreció 

El fuego en flor

Y los metales

Escarcharon a la única en su especie

A la primigenia aparecida

Al doncel figura de la luz en la roca

y vibrantes ejércitos de éter se reunieron para materializarse en el esplendor que nadie pudo ver antes de este poema.