Olivera Dayana

Tu tejado con trampas.

Me acostumbre a estar sola,
y a travez de mi ventana,
veo el subir de tus olas,
y te hago un surfing sin tabla.
Tu que eres lobo que sopla,
yo que me aferro a mi casa,
puedes romper con tu boca,
lo que me queda de calma.
Tu me enciendes la farola,
y el ahorro se acalambra,
pasas como si mi historia,
fuera tu reino y tu saga.
Mi silencio no te estorba,
y la duda no te calla,
Es posible que me esconda,
otra cosa es que te valga.
Dicen que en árbol sin hojas,
también crece una manzana.
Y que en el alma más rota,
también cabe una esperanza.
La cuerda se rompe y gozas,
tal vez de cierta ventaja,
ya no hago nudos que ahogan,
te hago un collar de miradas.
De tu nube tormentosa,
aprendí que nadie escapa,
de corrientes peligrosas,
si ya se ha probado el agua.
La soledad me presiona,
no le gusta tu arrogancia,
cree que le debo mil horas
y que me distraes si llamas.
Que te disfrazas de gloria,
Soy como ratón en flauta,
que tú me quitas la ropa,
con tus pupilas de caza.
Yo no soy la mejor novia,
y la soledad se enfada,
que he vendido su corona,
por un pasaje a tu espalda.
Si puedes déjame sola,
no me robes mas la calma,
que puedo volverme loca,
en tu tejado con trampas.