Martín Raviolo

LA PLUMA

 

Como te puedo poner trabas 

Si es lo que hice toda mi vida !

. . . . .

Y partiste...

Te di el mejor beso 

Tratando que un vestigio 

Prendido en tus labios 

Quedara de mi 

Me angustiaba saber 

Que te ibas para no volver 

Qué otra cosa podía hacer !

Era tu deseo ferviente 

Verlo todo... conocer...

Estabas en medio del mar 

Te aprisionaba Las Palmas 

Era premura tus ansias 

De saltar... y de correr 

. . . . .

De tu presencia inmensa 

Sobró sólo una pluma...

Aquella que un día 

Recogiste en Las Canteras 

Y luego prendiste 

En el marco del ropero 

Una más de tus tantas 

Actitudes de bebota 

Mujer con alma de niña 

Quedó en la habitación 

La señal de tu ausencia 

Hoy la miro y te recuerdo...

Recuerdo tu risa franca 

El desenfado al hablar 

Tu vestir desaliñado 

La forma tan natural 

De compartir emociones 

Tonterías... cosas simples 

. . . . .

La pluma se está moviendo 

Como diciendo... que no !

Que no supe demostrarte

Lo que sentía por ti !

Que no le di importancia

A tantas cosas que hacías

Quizás para sorprenderme?...

Tratando de conmover

Mi espíritu otoñal

Deshojado por el tiempo

Entonces te travestías

De Arlequín, Chaplin... payasa !

Llevabas la mímica 

Dentro de ti...

Y tras esos sueños 

Cruzarías el mar 

. . . . .

Te extraño nena... te extraño !

Poco quedó de esa historia 

La pluma... meciéndose !