Montse sweet

QUERER

Observó la lejanía,
con metas alcanzables,
su ceguera le prohibía
ver al fondo, la bahía.
En su mundo ensimismado,
taciturno y moribundo
sin a penas darse cuenta,
era a ella a quien perdía.
El sentido de la vida,
empezaba a oscurecer,
cuando de pronto,
un día vió amanecer.
Y esos dorados rayos
que iluminaron su tez,
sucumbieron a su encanto,
rindiéndose a sus pies.
Desvelaron sentimientos
la razón y el corazón,
totalmente incompatibles,
guillotina del amor.
En su mundo distanciado,
quiso hacerla entender;
que no es, que no la quisiera,
porque quererla... la quiere,
pero es otro querer.
Si hay alguien que comprenda
estas cosas del querer,
que venga y lo cuente
porque no, puedo entender.