Mesu Okami

Muñeca de Barro

 

De color marrón, y sin forma, a la espera de la mano artista que le dará vida, esencia y tal vez un nombre.
De rasgos tristes, ojos pintados a mano, grandes y melancólicos, que parecen suplicantes, que parece que van a llorar.


De baja estatura, sin porte altivo, figura gruesa como sus abuelas, de cabellos largos y obscuros, por boca una mueca que asemeja una sonrisa o quizás una queja.
Destinada a pertenecer, a adornar un aparador, que se va devaluando con el tiempo, que se pierde entre el espacio claroscuro de la vieja juguetera.


Cuidada por manos toscas y a veces por manos suaves, olvidada en un rincón y a veces remozada para la ocasión.
Cubierta del polvo de la costumbre, recordada como: aquella adquisición…


Y en el ir y venir, por los rincones, por espacios grandes y pequeños, en ocasiones proveedora de algunas alegrías, en otras retenida por lastima en el ultimo cajón de la cómoda.
Desaparece en el mar de figuras que adornan y que llaman la atención, figuras con gracia, de belleza nueva, de frescura, de bajo costo y quizás de pobre calidad…tanto que no resistirán el devenir del tiempo.


Se rompe para siempre la muñeca de barro, en un estruendo ronco , entre suspiros de alivio y resignación…no esta hueca, lleva por dentro historias, lagrimas jamás lloradas, alegrías y dolores reprimidos, canciones de otros tiempos … es hora de limpiar el desastre de piezas rotas.
Ya no esta, se ha marchado para siempre, y en la juguetera hay un rincón vacío, con una marca de polvo que nos dejo el tiempo, para hacernos recordar que en algún momento de nuestra vida ella estuvo ahí.