Alma mía,
 sobre todos los males
 me llega tu mirada
 tus ojos tan profundos
 donde duerme el mañana.
En oleaje tu abrazo,
 es como blanca espuma
 Y tu boca en mi pecho
 bebe savia bendita
 que brota de mi seno.
De las noches oscuras,
 eres tu mi lucero
 el refugio que abriga
 mi corazón hambriento
 mi pequeño, mi ángel
 mi gentil caballero.
A horcajadas cabalgas
 sobre mi vientre, 
 Juegas con mis cabellos,
 son tus pequeñas manos
 como dos amuletos.
Manos que de mi nacen,
  Y que espantan los miedos
 que fuerte me protegen
 tus manos mi pequeño.
Mi corazón, mi alma
 la bendición del cielo
 el umbral de mi dicha
 mi oasis del desierto
 ternura entre mis brazos
 esencia de mi cuerpo.