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Desasosiego retorna

Desasosiego retorna a su lugar
entre trozos de lágrimas,
un prisma el dolor mío,
la consulta mística del beso
agiliza la niebla dolorosa,
ausente en mis ruinas
el brazo que cobija.

Una punzada en el pecho
al sentir el aliento sigiloso
de las flores violentas,
marchitas se tornaron
en el rechazo de esos ojos,
en el sí nunca pronunciado,
adiós utópico, hola muerto.

En esta montaña de locura
me inclino al abismo perpetuo
donde se resguarda el sentir,
la memoria del amor irreal,
la tortura de este infinito mar
con sus peces tortuosos
demonios milenarios,
allí resguardados
                              mis temores
y el amor nunca dado.