Timidez, maldita timidez,
que no me deja acercarme a ti.
Me muero por hablarte,
y cuando por fin me decido hacerlo
te encuentro con tus amigos riendo.
Entonces, yo me alejo lo más que puedo,
ya que a conversar contigo no me atrevo
por culpa de esta tonta timidez.
En cambio, cuando yo sueño contigo,
pierdo por completo mi timidez,
pues yo te confieso cuanto te amo
y cuando tú me dices te quiero, me despierto.
Al darme cuenta que nada fue cierto
me pongo a llorar de rabia porque sigue existiendo
esta absurda timidez que no me deja decirte lo que siento.
Maldita timidez, que no me permite al estar a tu lado,
decirte que te quiero, que te estoy amando.
Me estoy muriendo por besar tu boca
y eso me está volviendo completamente loca.
Y es que a nada me atrevo por mi inexplicable timidez.