Me gusta tu raíz, tu tallo y tus ramas.
Tu escultura.
No eres perfecta, pero me encantaría tenerte en miniatura,
llevarte donde sea en el bolsillo de mi camisa
y presumirte, pues contradices el dilema de Apolo y Dioniso.
La vieja batalla entre mente y corazón, que rara vez quieren lo mismo.
Eres la revolución en persona;
revolucionas mi ser con solo una risa,
revuelves mi mente con solo un mensaje
y mis hormonas son un caos solo con ver tu hermosa sonrisa