Una vela lloriqueaba
con lágrimas verdaderas,
al mirar que se quemaba
toda, cuan larga era.
Que lágrimas tan sinceras
y dolorosas tal vez,
las que derrama la vela
goteando bajo sus pies.
Son unas lágrimas tristes
de dolor que desespera,
pues su llanto no resiste
cuando muriendo se quema.
Lágrimas vertidas por la vela
son unas lágrimas puras,
son los extractos de ella
consumida en su amargura.
Sus cálidas lágrimas son
curioso homenaje viviente…
porque tuvo la triste ocasión,
de llorar su propia muerte.