Gabriel Toledo

Sara Luz I

 

El amor es inconmensurable al reflejo de sus ojos.

¡Qué difícil es sentir que ya no hay esperanzas; Dios mediante, te ha escogido para cumplir aquí en lo profundo de la superficie: ¿Qué ironía verdad? 

El constante uso mis emociones agobia, segundo a minuto, minuto a hora, y de hora a una eternidad, el más sensible corazón de un estudiante universitario.

Dormiré en los brazos de mi almohada para recuperar el tiempo perdido, el tiempo invertido y pues el tiempo que aún no encuentro; estoy seguro que no es el futuro.

No sé si deba seguir haciendo esto: publicar y satisfacer las necesidades de mis manos al no tocar su piel y al no sentir su amor cuando las abriga con dulzura. 

¡Ojala sea manco! A quién no le gusto seguro quiso que fuera así, pero hasta los más buenos se equivocan. Fracasan y luego siguen llorando; duele aceptar que es cierto y no se puede hacer nada para cambiar las decisiones del cielo.

Los días como hoy duelen en el alma, sabiéndose que el alma ante los ojos de DIOS es el cuerpo mismo.
Sin embargo: ¿Quién es DIOS antes la vista y paciencia de mi corazón?