Marelys Leyva

El adiós rotundo.

Hay amores que dejan su adiós en las nubes,
Suspendido entre lágrimas.
Se queda este adiós en la sangre,
Lívido,
Estático como otras muertes.
Luego el olvido, trae consigo otros adioses,
Y otras muertes ilusorias.
Pero el adiós rotundo,
El que teje silencios en las noches,
Nunca regresa.
Emprende su vuelo desde las manos,
Y va arrastrando llantos consigo.
Este adiós, como la noche, deja caer sus horas,
Mientras su sombra se muere en los ojos.
Y se acrecienta el vacío, tan inmune a los relojes,
Solidario concubino de la soledad en acecho.
Dejando atrás algunos sueños,
Algunas citas perdidas y otras malogradas. El adiós rotundo nos deja el silencio,
La orfandad en los labios,
Un cementerio de caricias,
De abrazos que murieron en la víspera.
Mientras pálidas sonrisas esperan su mañana. El adiós rotundo es para siempre, por eso el llanto. Marelys Leyva 2016.