NazareeB

He muerto, yo que huyo

Voy huyendo de las ciudades

cada vez que me alcanza la soledad,

cada vez que le llamo casa

y me destrozo el alma allí,

cada vez que beso a mi rostro

en una calle en la que ya estuve antes,

llena de sombras que creo 

que todas se parecen a ti

-o al menos, todas esconden tu sonrisa-.

 

Huyo del eco que deja mi espina

cuando se marcha

porque llora más que aprieta,

porque desnuda, mi alma, le duele más a ella.

Huyo de mis manos

que aún se pasean, prisioneras, con el último

recuerdo de tu tacto...

huyo,

y siempre acabo encontrándome cerca.

 

Existen primaveras que se parecen más al otoño,

se adueñan de su frío y de sus hojas en el suelo

y llora como llora su viento.

Y así llora la poesía,

llora el poeta,

lloran hasta las rocas muertas

que huyen de esa eterna primavera.

 

y al otro lado, la inocencia

se moja los pies 

al saltar en los charcos

formados del llanto,

y corre feliz,

libre,

incauto.

 

y yo, que siempre he sido animal felino,

corro para lamer la inocencia,

para deshacerme del amante mudo

que desnuda mi cama,

que alimenta mis versos,

que conoce la papirofléxia de mi calma

y me deja serenamente muerta,

tristemente gato.