alejandro fozar

II

Oh!  Viejo muelle atardecido

como un fantasma ahuesado

nunca te adentraste más de lo debido,

y ahora la sal te arde

y las tormentas duelen.

Quien no te deja quitar los pies del frío?

Oh Pobre Sísifo!

pobre Cristo sin resurrección,

cuando te desclavara con la noche 

la marea de tu Dios?