Hugo Emilio Ocanto

*** Estoy instalao en un geriátrico *** - Poema - - Autor e intérprete: Hugo Emilio Ocanto - - Grabado -

Hoy estuve como todos

los mediodías, almorzando

con mis compañer@s de

todos los días.

Llegar a viejo, como yo,

tiene sus beneficios.

Con mis ochenta y nueve años

ya cumplidos, quedo pa 

recordar mis años pasados.

El beneficio de no tener

que soportar el mal trato

que tuve antes de entrar

a este asilo de ancianos.

Geriátrico, le llaman ahora.

Mal trato. Sí, mal trato.

Eso era lo que me daban

la gente de la piecita

que alquilaba en aquel conventillo.

Ni siquiera se parecía

al conventillo de la paloma...

qué paloma. Ya ni me acuerdo

qué era ese conventillo.

Sé que se nombraba.

Aquí estamos todos los

jovencitos, que diría,

tienen mi misma edad.

Todos andamos con el mal

de este parque o parqui son...

algo así es nomás.

Me tiembla a veces una mano,

a veces la otra,

y también a veces la cabeza.

Según, eso me pasa cuando 

me pongo muy nervioso.

Me acuerdo, pobrecita,

de una actriz del cine norteamericano.

la jeppurn, la Hepburn,

o algo así, qué sé yo.

Y bueno, aquí estamos,

descansando después de

tantos años de laburo.

Laburar por las calles con frío,

con calor, con lluvia.

Los últimos años sí que

eran años de trabajo muy honrao

y sacrificao.

La pucha...esforzados años

yendo de puerta en puerta mendigando

un trozo de pan,

o tener algo pa comer.

me he quedao sin nadie,

sin familia, sin mis nietos...

nadie, sin amistades...

¿Y mis hijos?

¡Qué yo sé lo que ha sido de ellos!

Ni siquiera sé si viven

los pobres.

Alguien me trajo aquí...

alguien, pero no sé quién...

abandonao me han dejao...

pero la pasamos bien...

casi no hablamos...

a veces lo hacemos,

y muchas veces estamos tan

callados, que ya esto se

parece a un cementerio.

Y parece que yo tengo

para largo tiempo

en este carretel de la vida.

¿La comida? A veces es buena,

y otras una porquería.

Y bueno, a caballo regalao

no se le mira la dentadura.

Ahora me estoy preguntando

quién me paga a mí la estadía

en este hotel. No sé...

Ya ni me ricuerdo...

Ando medio desmemoriao,

no sé, será el gobierno,

o el que gobierna este pueblo.

No sé. Ni me interesa.

Ni siquiera sé por qué

motivo les estoy

haciendo esta confidencia.

Será porque ustedes

me inspiran confianza,

no sé...lo que sí sé

es que esta sopa

está más fría que mi alma.

Y mi cuerpo, siempre

tiene frío, y eso que frazadas

me dan pa que me abrigue.

Pero vivo permanentemente

con frío, si señor.

Le pongo mi firma.

¡qué le voy a poner mi firma

si ni siquiera sé cómo me llamo!

Creo que me llamo Ulogio...

o algo así... voy a tener

que preguntar pa recordarlo, canejo.

Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto- 24/09/2012)