David Arthur

Nuestro teatro del silencio

 

 

En las tinieblas nos encontramos,

robando mutuamente el aliento,

para botarlo,

a propósito,

sin hacer caso de su caída

en el  polvo de la indiferencia

 

Dímos cuenta

que el tiempo había llegado

para dejar caer el telón,

poniendo un fin a nuestro miserable actuación,

aplausos no resonarían más

dentro de nuestro teatro del silencio

 

La línea de matíces diáfanos,

entre el amor y el odio,

se volvíó  demasiado fino para diferenciar,

mientras detrás de velos de egoísmo

buscamos a ciegas

disculpas por nuestro orgullo