Los pétalos de mi flor se marchitan,
 son los años con su amor me fortaleció.
 Su pequeño macetero de greda siempre
 tuvo el sol para apaciguar su sed,
 y ser libre cuando el viento jugaba 
 con sus suaves pétalos, el roce exacto
 para echar a volar la culpa.
 
 Es mi agua que riega mi alma, 
 las semillas de una vida que es amada.
 Es la eterna compañera 
 de cantos, risas y despedidas, 
 donde deslumbra con delicado tacto
 de consuelo sano para el corazón.
 Una bailarina de un sol que de baile 
 no sabe mucho.
 
 La flor que de tiempo sabe por paciente y
 tenaz, quien en la noche se torna 
 tímida y permeable, fue la solidaria
 mano que me acobijo y con suaves
 notas compuso una canción, quien dicta
 palabras de amargura cargadas de amor,
 y lloro sin mirarme a la cara, a lo lejos
 la escuche y sus pétalos de apoco se marchitaron.
 
 Es la esperanza de un día nublado,
 y este día el sol no quiso hablar.
 Mi flor se marchito y no puedo llorar,
 soy el que no riega la vida con agua de mar,
 ni ensucia la tierra que le dio de comer
 Sus pétalos combinan con el otoño,
 y la lluvia ni puede derrumbar, sus eterna sonrisa,
 su cálida palabra de amor, su dulce roce de esperanza,
 el delicado amor que me enseño.
G.Rasva