el duende

sexo a lo divino

Te acuerdas de la cama removida

nuestro pecado recientes

ropas recobradas

las  caricias precisas hacia los miembros

mientras flotaba la luz

como en los cuentos.

Tenias rostro de doncella y de muchacho

tus pequeños pezones

se elevaban en la tela

que encantadora fue tu inexperiencia

tus manos torpes fieles perseguidoras

de un ardiente sexo a lo divino.

Los redondos umbrales del placer

rompen en vaivén de seducción

acariciando con mimo tu tersura

mirando todos los detalles

que encierran todo lo prohibido.

Mas que nunca, me gustan tus besos

firmes tu pechos de locura

muerdo tus labios mojados

repaso con mis dedos las fronteras

perdido en la espesura me disperso

mientras mi manos recorren lentamente

cada uno de tus secretos.

Ya tu sexo

va tomando los colores

que indican que deseas los placeres

cuando mi boca va sacando los sabores

a la espera

del orgasmo y sus temblores