25.

Hacernos querer

Mis sentidos se agudizaron una vez terminamos de hacernos querer. Tú, tan bonita con el sudor recorriéndote el cuerpo, y yo, tan perdida en tu mirada. Recorriendo a caricias nuestros cuerpos desnudos, te ruborizabas. Tú, quien supo jugar con cada parte de mi cuerpo. Tú, quien supo romper el silencio a gemidos. Tan mentirosa como bonita, toda repleta de gracia. No supe amar hasta que te tuve a mi lado, dejé que el incierto futuro eligiese y, sin más, acabaste conmigo.