Jesus Alejandro Reina

Lunes

Amargo, como noche de lunes
bebo con paciencia trémula gota a gota:
milagros prohibidos,
sorna cósmica.
Vierto sobre un cáliz de rocío gritos ahogados
mientras regalo al desdichado lunes 
cansado de tanta orfandad...
Todo mi odio feroz
que brama sobre el amor,
o aúlla sobre la brisa de un lunes
tu nombre en una oración inconclusa.

A ti.
Mi amor de vidas futuras,
en lunes te entrego mi perdón más lúcido.
Y en resguardo de lo divino,
llevo guardadas las súplicas al creador.

Ríe desde la luz del sol
lo imperfecto de un abrazo casual,
lo torpe de una mirada en lágrimas,
lo sufrido del término imposible.
No hay problema mas que un lunes,
de tez grisácea y desabrida,
que pulula,
que levita por las semanas de un patético,
como si el cielo fuera una cabriola atroz
y tus ojos no llevaran ese \"ámame\" en su brillo.

Honro en exilio correcto
al rogar de tu ángel la paz de mi tormenta.
Cada lunes,
la cortesía del perdedor cala en mis sueños
masticando la omnipresencia de tus labios,
que nunca usamos...
Que ocuparon los minutos en menesteres distintos.

Por hoy no deseo mas que un trago de muerte y tiniebla,
de amor prestado y camas ajenas,
en lunes
solo deseo resignación a tu cabello,
absolución a tus aliento.
En lunes, te dedico mi verso culpable y villano...
Y hasta el último sollozo del jamás,
hoy se va,
en lunes,
así como tu en lunes,
Y solo lunes,
en cada amanecer.