yito

Sin Mañana.

 

 

De la espesura del monte

partió de noche y a oscuras

a nadie dijo él porque

se fue huyendo de la luna.

 

Sobre sus hombros la parca

que murmura en los siléncios

volvió la miel tan amarga

que a  su vida la hizo  invierno.

 

En el horizonte un sol

se inventó como una guía

las cuerdas del corazón

vibraron, como vencidas.

 

Y a las aguas de ese mar

que clama desde la playa

dejo ahogar con su sal

un alma,  ya sin  mañana.