25.

Jugábamos

Repetía su nombre en mi cabeza. Una y otra vez ocultándole al destino la casualidad que fue quererte, esperando que la distancia muriera de celos al verme conquistar tu cuerpo a besos y caricias. Comenzamos recreando una batalla entre la calma y tus gemidos. Que bonito fue dejarme caer en la tranquilidad que impedía dejarte disfrutar. Jugábamos a ver quién aguantaba más y, terminaste perdiendo ante el placer de mis labios.