alejadadelavida

Oniria.

Acaricié su cabello y recorrí su cuello con mis labios, entrelacé mis manos con las suyas y me creí a salvo. Sostuve su mirada y entre susurros gasté mis “te amo” sabiendo que no compraría nuevos; él, seguro de mis sentimientos, me sonrió gentilmente.
Hicimos el amor hasta que mis piernas temblaron, y en mi memoria táctil guardo sus manos sobre mis pechos, sus manos dentro mio, sus manos entre mis rulos, su boca gimiendo mi nombre.
Atrapamos sueños en frascos de vidrio, vimos pasar estrellas y les pedimos deseos, le cantamos al cielo, abrazamos árboles, cazamos flores, construímos un fuerte y nos escondimos en él del mundo hasta secar las lágrimas del otro al despedirnos.