Santiago Miranda

Poseer es ser poseído

 

Por tener tanto deseo de tí, fuí
Tenido por aquel deseo, fuí el camino
Intenso y el sonido
De aquel exquisito instrumento
Trocado por impulsos a punto
De salir de sí desbordados
Al mundo, tal como una
Multitud hambrienta, aventando
Al hombre a un acto
Indeseable, un tañido
Abrupto es su deseo
Si pudiera decidir o no su existencia
Inconcebible de suspender, un soplo divino
Una libertad que se pierde con cierta ironía
En la libertad ya perdida, altiva
De quién por amar completo
Ha parcelado en siniestros territorios
Ingobernables, las pinceladas
De las tierras que ama
De bellezas sustantivas
Al amor que ama como si fuera
Condena / Un control oscuro yace
Ahí sobre los intentos repetitivos
De cercar la luz y situar mi germen
En el sitio de cielos, misterios y gosozas carnes

/Vuelvo por las noches a estar contigo
Cuánto y quisiera poder amar sin poseerte
O poseerte sin entregarme ahí al juego
Sin ensuciar tu trascendencia de lo mundano
Tocarte sin ser tocado o amarte sin estar
Ahí presente, corrompido por la cercanía
Atraído a morir ya en el señuelo
En el cual me he resguardo por amarte

Yo que buscaba sobretodo ser
Libre, para comprender aquella primera
Libertad sin condiciones y atestiguar
Su existencia -la que abunda en la boca
De toda gente- fuera del campo de acción
Que se juega, fuera todo lo que estará perdido
Y si me quedo dentro de aquí seré olvido
No es posible amar sin ser poseído
Por aquel objeto amado
Lo sé muy bien ya ahí también me pierdo.