Walter Kuhry

Muerte

La plaza gris,

la calandria solitaria,

la neblina que socava la memoria...

 

El silencio es brutal

a la hora del adiós. 

El alma se desgarra ante la amargura

ya pregustada de la ausencia;

ante el peso insoportable del vacío.

No estás; y no hay sentido.

Ya el pasado se torna fantasmal

y los recuerdos asustan.

 

Nadie sabe morir ni ver morir.

Solo estoy callado. Más no sé.

Y en esta liturgia de dolor te vas.

(¿Te vas o no llegué?)

(Rosario, 11 de mayo de 2005)