Eduardo Antonio Taborda

ÁNIMA EN PENA

 

Las doce menos diez del día de ayer
y lo oscuro se cerró en el silencio
es un ánima en pena arrastrando
su dolor de sangre bajo la tormenta gris,

Sopla tan fuerte que la vida se estremece
las estrellas no titilan en el firmamento
el oceáno y sus olas reposan
en suerte de quietud melancólica,

los pasillos teñidos de verde opaco
como la esperanza del ánima
no hay cielo que desborde sonrisas
no hay luz que ilumine la vida:

no existe ya...

El ánima se desploma en el piso fingido
fingido e inexistente como el verso quieto
las cruces sonaron al cruzarse
el bronce quemado huele a...
lamentablemente lo olvidé
eterno son los tiempos;

¡campanas doblaron las tristezas!
es tan incierto en el instante mágico sin ti...

sin vos y sin su aroma a campo sepia
sin vos y sin su rostro reflejado en los espejos
sin vos y sin su cuerpo caliente como el carbón
sin vos y sin su instinto borracho y repetido;

ánima en pena que sabes a tamarindo
como los tiempos tu vida que arde en llamas
perplejas las miradas de las almas puras
el silbido es tu acento entre la vida y la muerte
tu punto y final;

ánima en pena quebranta tu hilo conductor
del sendero de los vivos felices
atrévete a acampar en el descanso
y tras la muerte definitiva expira...
expira tu último encuentro
con la luz;

son tantas llaves
para tantas puertas que abrir,
ánima en pena
dolor de llanto
llanto y amargura
amargura para quizá
un nuevo amanecer.

Eduardo Antonio Taborda.