En este mar,
 que la niebla de la incertidumbre
 cubre y ciega,
 donde los sueños
 permanecen arriados
 sin viento que los empuje,
 aferrados a un timón 
 sin brújula…
 navegamos.
Este mar
 nos mece entre tormentas y quietudes
 lanza cantos de sirenas
 entre sus dientes,
 afilados arrecifes 
 que la espuma esconde
 desoyendo nuestros gritos,
 gemidos que se ahogan
 curtidos en su sal.