josepanton

Amor, amor, huyamos.

Amor, amor, huyamos de la tierra sombría.

Viajemos por la vasta red del universo,

a buscar los alegres planetas diminutos,

habitados por claveles purpurados de rubéola.

 

Allí, los saleros y los azules manteles,

nos abrirán pequeños mares derramados por las mesas.

Allí, seremos espigas coronadas por la aurora,

o quizás, ruiseñores volando del cielo al día.

 

No habrá vara que toque nuestros rostros con malicia;

andaremos desnudos por caminos sin señales;

nada ni nadie socavará nuestra dicha.

 

Y al llegar la noche, sosegados por los dones del abrazo,

pasearemos por las islas de perennes primaveras:

gobernadas por jazmines, que no saben de espadas ni trabajos.