aurivetta

El alpinista

En la cúspide de las emociones

Se posa el alba enamorada

Adornada por el aleteo impetuoso

De aquella águila  engalanada.

 

Nubes blancas coronan el pináculo

Refrescando la alborada

Atenuando el sol con su hastío

Haz de luz esperanzada.

 

La brisa anida en su falda 

La semilla que ha germinado 

El rocío afianza el fruto

De los sueños más anhelados.

 

El alpinista de su cuerpo

Al corazón ha llegado

Y en el vientre virgen de esa tierra

Un hijo ha plantado.