Hugo Emilio Ocanto

*** Tú y yo en busca de paz *** - Poema - - Autor e intérprete: Hugo Emilio Ocanto - - Grabado -

Es lo que deseamos,

la paz del mundo.

La de los que están en guerra.

La de los pueblos azotados

por la injusticia, la maldad y la sinrazón.

Pero es otra paz también

la que nosotros deseamos.

La paz de nuestras vidas.

La que hace un tiempo teníamos,

y cada día que pasa, va desapareciendo.

Últimamente vivimos separados

de los sentidos y grandes afectos

de amor que teníamos.

Tenemos que estar hablando

de un pasado muy cercano.

Un pasado del cual nada nos faltaba.

Lo material siempre  ha sido secundario.

Nos hemos conformado con lo que teníamos.

Y ello era mucho.

Era... el verdadero amor.

El que nos demostrábamos en todo momento...

Aunque sólo fuese con la mirada.

A veces sobraban las preguntas.

Porque con mirarnos, todo nos decíamos.

Ninguno de los dos debemos declarar

culpable al otro.

Ambos lo somos.

Nos catalogábamos de humildes.

Pero debemos reconocer

que no lo hemos sido.

Existe tristeza en tu alma.

La de los dos están en este estado de tristeza.

Nuestro presente ha tenido un gran cambio.

Antes vivíamos con alegría.

Ahora ella está ausente.

A mí me hace mal estar en esta situación.

Hasta estamos alejados físicamente.

Y siempre hemos dicho que lo sexual

es sólo una parte del amor.

De qué vale tener sexo seguido,

si nuestro corazón nada siente...

Sólo es atracción sexual...

y después de realizarlo...

será hasta el próximo.

No es eso lo que yo deseo.

Y pienso que tú tampoco.

Me siento... tremendamente cansado.

Toda esta situación me está llevando

a un gran estado depresivo.

Me sorprendo yo mismo

de cómo hoy soy.

Soy... un hombre distinto.

Y no estoy conforme conmigo.

Me agradaba la música.

Los grandes conciertos.

La poesía... A veces escribía

algunas palabras, sobre todo de amor...

Hoy, ya no sé qué escribir.

Tengo la mente en blanco.

Mi cerebro, está anulado, embotado...

Necesito paz.

Tú y yo en busca de paz.

La de nuestro ser.

La de nuestra alma.

La de ese amor que fue...

y ahora se está extinguiendo...

Debemos encender el fuego de la vida.

Es el del amor.

No sigamos matándolo.

No nos comportemos como dos asesinos.

Asesinos de almas.

Quisiera cerrar los ojos,

y dormir... y después despertar...

y ser otro.

El que era antes.

Tienes que ayudarme.

Tienes que estar presente.

Pero con amor...

como el que antes me tenías...

Y yo hacer exactamente lo mismo.

Porque ante la indiferencia,

tú y yo estamos iguales.

¡Debemos recapacitar, y entregar

fuego a nuestras almas!

¡Solamente así, tú y yo

hemos de lograr la paz tan ansiada!

 

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Hugo Emilio Ocanto