Enrique del Nilo

UN PERRO no más

 

 

 

Le vi venir,

una luz asomaba por sus pupilas

como un incendio

amenazando al universo

danzaba su cuerpo

en un despliegue de energía

como si un tifón

azotara sus entrañas

con la urgencia de escapar

a través de un costillar,

que a su vez

amenazaba destrozar

un continente de pulgas,

garrapatas y vaya saber que otro bicho

 

Donde debían haber

cuatro puntos cardinales

solo tres sostenían

ese inmenso universo

a punto de explosión

y un rabo sarnoso,

como todo él,

y mugriento

buscaba asidero en las nubes

que se detenían a contemplarle

 

Le vi,

le contemplé…

le odié

porque yo con dos manos,

y dos pies

no podía sostener

el peso de mis necesidades,

mis temores,

mis disconformidades,

mis expectativas,

mis depresiones,

mis ansiedades,

 

y él…

con solo tres extremidades

sostenía el universo

para que no escapara

desde sus costillas

y aún le alcanzaba

para provocarme envidia

 

y le odié tanto

que con una patada

le reacomodé

sus desnutridos huesos

y le sacudí unas cuantas pulgas y garrapatas;

 

Hizo dos que tres piruetas en el suelo

y lanzando al viento esa hélice

que por rabo tenía prendida

corrió por donde venía

llevándose consigo

mi furia,

mi frustración,

mi vista, como otra garrapata al su silueta prendida

mi admiración